Resolución de 2 de marzo de 2017: Es objeto de este recurso
decidir si es inscribible una escritura de declaración de obra nueva terminada
manifestando la registradora dudas de identidad de la finca para hacer constar
las coordenadas de la superficie de parcela ocupada así como la previa
georreferenciación de la parcela.
En cuanto al modo de proceder en la inscripción de obras
nuevas tras la reforma de la Ley Hipotecaria operada por la Ley 13/2015, de 24
de junio, el artículo 202 de la Ley Hipotecaria proclama, de manera clara, general y sin excepciones,
que «la porción de suelo ocupada por cualquier edificación, instalación o
plantación habrá de estar identificada mediante sus coordenadas de
referenciación geográfica».
Por su parte, el artículo 10 de la Ley Hipotecaria, establece
imperativamente, en su apartado séptimo que «en el caso de inscripción de
edificaciones o instalaciones, habrá de remitirse también (por los
registradores al Catastro) las coordenadas de referenciación geográfica de la
porción de suelo ocupada por las mismas».
En consecuencia, para inscribir cualquier edificación terminada,
nueva o antigua, cuya declaración documental y solicitud de inscripción se
presente en el Registro de la Propiedad a partir del 1 de noviembre de 2015,
fecha de la plena entrada en vigor de la Ley 13/2015, será requisito, en todo
caso que la porción de suelo ocupada habrá de estar identificada mediante sus
coordenadas de referenciación geográfica.
Además, para que, una vez precisada la concreta ubicación
geográfica de la porción de suelo ocupada por la edificación, el registrador
pueda tener la certeza de que esa porción de suelo se encuentra íntegramente
comprendida dentro de la delimitación perimetral de la finca sobre la que se
pretende inscribir, es posible que necesite, cuando albergue duda fundada a
este respecto, que conste inscrita, previa o simultáneamente, y a través del procedimiento
que corresponda, la delimitación geográfica y lista de coordenadas de la finca
en que se ubique.
Además, dado que se trata de una exigencia legal referida a la
concordancia del Registro con la realidad física extrarregistral de la finca
(cfr. artículo 198 de la Ley Hipotecaria), sólo será exigible en los casos en
que la edificación se encuentre finalizada, momento en el que podrán
determinarse efectivamente las coordenadas de la porción ocupada por la misma
en dicha realidad extrarregistral.
En cuanto a la inscripción de la obra nueva, debe considerarse,
en primer lugar, que la constancia de la previa representación gráfica de la
totalidad de la finca sólo es indispensable cuando se han manifestado por el
registrador dudas fundadas acerca de que la edificación se encuentre ubicada en
la finca registral (cfr. Resoluciones 28 de septiembre de 2016 ó 6 de febrero
de 2017), dudas que en este caso no se han expresado. Por otra parte, la
eventual existencia de un procedimiento de reparcelación no afecta a la
inscripción de la edificación, ya que el proyecto correspondiente deberá
pronunciarse acerca de las edificaciones que se mantienen y su ubicación
(artículo 7.7 del Real Decreto 1093/1997, de 4 de julio). No obstante, la
registradora también pone de manifiesto la circunstancia de haberse alterado en
el título la naturaleza de la finca, lo que debe considerarse unido a las
modificaciones descriptivas de superficie y linderos. Como ha afirmado este
Centro Directivo uno de los principios fundamentales del sistema registral es
el de folio real según el cual el Registro se lleva por fincas abriendo a cada
una el número registral correspondiente (cfr. artículos 8.1.º y 243 de la Ley
Hipotecaria), lo que exige su plena identificación y descripción (cfr.
Resolución de 7 de junio de 2012). Por tanto, cuando consta en el Registro la
naturaleza rústica de una finca, y no se acredita el cambio de naturaleza a
urbana ni la nomenclatura y número de la calle en que se ubica (conforme
prescribe el artículo 437 del Reglamento Hipotecario), no puede apreciarse si
los documentos aportados, relativos a una finca urbana, se corresponden con la
finca registral, de naturaleza rústica. Y tampoco puede estimarse acreditada la
nueva naturaleza y datos descriptivos de la finca por la mera aportación de una
certificación catastral descriptiva y gráfica de una parcela cuando a juicio
del registrador no queda acreditada la correspondencia de la finca (cfr.
Resoluciones de 18 de octubre y 12 de noviembre de 2012 y 21 de enero de 2014).
Por tanto, no quedando acreditada la correspondencia con la certificación
catastral aportada, ésta no es no es hábil para justificar las modificaciones
descriptivas y la antigüedad de la edificación, lo que es requisito ineludible
para la inscripción de la declaración de obra nueva de conformidad con el
artículo 28.4 del texto refundido de la Ley de Suelo, sin que proceda tomar en
consideración otros documentos de los que no se dispuso al tiempo de calificar
y que no han sido objeto de recurso (artículo 326 Ley Hipotecaria).
Todo ello sin perjuicio de que pueda acceder la edificación al
Registro si se acredita por otros medios la antigüedad de la misma en los
términos previstos por el meritado artículo 28.4 de la Ley de Suelo, y siempre
que resulte justificado que las coordenadas de la edificación se encuentran
ubicadas en la finca registral, según se ha expuesto
en los anteriores fundamentos. Asimismo, las modificaciones descriptivas
podrían acreditarse mediante el específico procedimiento previsto para ello en
el artículo 201 de la Ley Hipotecaria, en el que podrían practicarse las
diligencias necesarias para disipar las dudas expuestas por la registradora en
su calificación.
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